Nota de la Editora: Este artículo fue publicado en inglés y traducido por Marina Caraballo y Jerónimo Freydell-Cristancho.
El Staff Union de American University tuvo un mensaje para los nuevos estudiantes durante la mudanza el 18 y 19 de Agosto: “AU es una escuela sindical”.
El sindicato, parte del Service of Employees International Union Local 500, tuvo una “manifestación informativa” por dos días para compartir las frustraciones con estudiantes por negociar un nuevo contrato con la Universidad e inacción administrativa para reportar “acoso”.
“Queremos a nuestros estudiantes, necesitamos un pago justo”, los demostradores repitieron gritando consignas. Marcharon el 18 de Agosto desde el Kay Spiritual Life Center por Kerwin Hall, al otro lado del Quad hasta la School of International Service, School of Communication, Mary Graydon Student Center y eventualmente al césped entre el Hall of Science y el McKinley Building — cariñosamente conocida por estudiantes como “La playa”.
El próximo día los demostradores se reunieron frente de Kay y marcharon a Massachusetts Avenue para agitar pancartas y exclamar al otro lado de la calle del Katzen Arts Center, terminando con una manifestación en frente de MGSC. Los participantes repartieron panfletos a estudiantes con un enlace para mandar cartas a la administración de AU. A partir de la publicación, el sitio web mostró que más de 3.600 cartas han sido enviadas.
Reivindicaciones sindicales
Los miembros del sindicato han estado trabajando sin un contrato, conocido formalmente como un convenio colectivo del trabajo, desde el 30 de junio. Sin embargo, han estado negociando los términos de un nuevo contrato desde febrero, según los representantes sindicales David Kaib, subdirector de la Office of Institutional Research and Assessment, y Sydney Henry, coordinadora de comunicaciones y eventos de la biblioteca de AU.
El aumento de salarios, modalidades híbridas de trabajo más flexibles, entornos laborales más saludables y los despidos recientes estuvieron entre las principales preocupaciones que expresaron los miembros del Staff Union durante la manifestación.
“Hemos estado haciendo una demanda amistosa y razonable, pero AU nos dice que no pueden dar ningún aumento en absoluto”, dijo un orador a los manifestantes el 18 de agosto. “Difícilmente podemos estar aquí para ayudar a estos estudiantes. Estamos aquí por ellos porque los queremos”.
El presidente de la Universidad, Jonathan Alger, dijo en un comunicado del 14 de agosto que estaba comprometido a garantizar un entorno laboral seguro y saludable, pero los miembros del sindicato denunciaron repetidamente la inacción de los administradores cuando, según ellos, reportaron “acoso” por parte de supervisores.
“Me han preguntado si he bajado de peso”, dijo un representante sindical. “Me han preguntado si estoy embarazada. Me han dicho que parezco una chica de hermandad con la mirada perdida. Entro y trabajo durísimo todos los días”.
Los miembros del sindicato dijeron a The Eagle que reportaron interacciones como esas a la Office of Human Resources, pero sintieron que los estaban apartando mientras que los administradores no enfrentaban ninguna acción disciplinaria.
Algunos empleados hablaron con The Eagle bajo la condición de anonimato por temor a represalias por expresarse. Todos los miembros del sindicato entrevistados para este artículo hablaron con The Eagle por ellos mismos, no por ser empleados de la Universidad.
El Staff Union quiere un lenguaje fuerte en el contrato para la prevención de acoso. La asistente del vicepresidente y la jefa adjunta de comunicaciones, Elizabeth Deal, comunicó por correo electrónico que “los temas de preocupación se han abordado en la sesión de negociación” y que la universidad “continuará negociando de buena fe sobre los puntos pendientes”. Ella se negó a dar más detalles.
Nuevos reacciones de los estudiantes
Una estudiante de primer año, Lillian Ulfer, dijo que al principio estaba confundida sobre lo que estaba pasando. Después de recibir un folleto y enterarse más de la situación, consideró que era injusta y comentó que le parecía positivo que el personal estuviera manifestando.
Ulfer es procedente del estado de Tennessee, un estado con leyes de “derecho al trabajo”, el cual hace difícil la formación de sindicatos debido a las leyes que prohíben los acuerdos de seguridad sindical.
Davis Wallace y Zoe Feldman-Roy, ambos estudiantes de primer año en SIS, observaron las manifestaciones del sindicato fuera de MGSC el 19 de agosto. Ellos expresaron su apoyo por el sindicato y sus “esfuerzos por salarios justos”.
“Es inspirador ver una manifestación tan inmediata de voces progresistas y de personas que luchan por salarios justos y por su derecho a vivir con dignidad”, comentó Feldman-Roy. “AU, como la mayoría de las universidades estadounidenses, es una institución capitalista y, como tal, la explotación laboral es parte integral de ese sistema de capitalismo”.
Wallace dijo que una de las razones por las que vino a D.C. fue por la atmósfera política y que está feliz al ver que está vigente y muy bien.
“Es desconcertante enterarse de que no les pagan lo suficiente”, dijo Makayla DeLay, estudiante de primer año en la School of Public Affairs. DeLay, quien atiende AU en parte por el historial de activismo político, se detuvo a tomar un volante durante la mudanza el 18 agosto.
“Definitivamente creo que es bueno que estén generando un cambio, expresándose sobre esto”, afirmó DeLay.
“Y ni siquiera te dieron ayuda financiera”, intervino la madre de DeLay. “Esta es la escuela más cara del mundo. Yo pensé que los [empleados] ganaban mucho dinero”.
Presencia de la administración en la manifestación
Una multitud de miembros de la administración de la Universidad acompañaron y siguieron a los manifestantes, edificio por edificio, el 18 de agosto, finalmente congregándose enfrente del complejo de edificios Letts-Anderson-Centennial mientras los manifestantes compartían sus historias, arengas y daban la bienvenida a los nuevos estudiantes y sus familias que pasaban por el jardín del complejo.
Cuando la manifestación recorrió el tramo entre SIS y pasó por McKinley, dos miembros del Departamento de Policía de AU vestidos de civil pararon a un manifestante que arengaba con ayuda de un megáfono.
El investigador principal de AUPD Stephen McClary, quien era acompañado por el entonces jefe interino y director asistente de la seguridad física y policía tecnológica Doug Pierce, preguntó a la manifestante si ella estaba afiliada a la universidad y le pidió identificarse con su AUID. Después de que los líderes del sindicato hablaran con los oficiales por unos instantes, la manifestante le entregó a McClary su AUID, a lo cual él fotografió el documento y lo devolvió.
El vicepresidente y jefe de comunicaciones oficial Matt Bennett, quien presenció el desarrollo de la confrontación, se negó a contestar preguntas sobre esa interacción en particular.
“Como con cualquier situación en el campus, si hay una probable violación al reglamento, es manejada por el conducto normal incluyendo, si es apropiado, la policía de AU hablarle a las personas y pedirles que se identifiquen y pidiendo una identificación personal del individuo”, dijo Bennett a The Eagle inmediatamente después de la confrontación del 18 de agosto.
“Se les dijo que ciertas áreas estaban por afuera de los límites”, dijo él. “Eso es lo que le puedo decir”. Cuando se le preguntó por esas áreas, Bennett respondió, “Ciertas áreas”.
El líder sindical Jack Anthony dijo que a Staff Union se le habían indicado las áreas en donde podían manifestar; asimismo, se les entregó un mapa de parte de la administración de la Universidad con ciertos lugares tachados con una ‘X’.
“Por cierto nos dijeron cosas totalmente razonables. ‘No interrumpan el paso de operaciones de la Universidad’, ‘no compliquen los trámites de mudanza de los estudiantes’, cosas a las cuales accedimos”, dijo Anthony.
En el correo del 14 de agosto, Alger informó a la comunidad sobre las negociaciones laborales antes de la manifestación. Escribió que la Universidad estaría “tomando medidas” para asegurar que la manifestación no afectará la mudanza.
Una parte de la National Labor Relations Act reconoce que “fotografiar o grabar a empleados participando en un sindicato pacífico u otras actividades protegidas” es una práctica laboral injusta por parte del empleador. También es prohibido espiar actividades sindicales, pero solo si los supervisores están “haciendo algo fuera de lo común para observar la actividad”.
Se han interpuesto cinco quejas argumentando prácticas laborales injustas en contra de AU desde el 2020, de acuerdo a la investigación en la página web de la Ley Nacional sobre Prácticas Laborales.
Dificultades económicas de los trabajadores de AU
Anthony se llama así mismo como una “triple águila”. Su madre es profesora de AU, él obtuvo su grado de maestría en la Universidad y ahora trabaja en tecnología académica.
“La razón de por qué trabajo en esta universidad es porque yo amo esta universidad. Mi mamá ama esta universidad”, dijo Anthony. “Yo crecí en este campus. Yo crecí yendo a la guardería de aquí. Yo amo este lugar. Yo estudié acá. Yo realmente he dedicado mucho de mi vida a esto”.
Anthony relató cómo ciertos beneficios que ayudaron al balance vida personal y vida laboral de su madre, como el centro de guardería, están desapareciendo. Él está pidiendo el reconocimiento por parte de AU sobre el incremento del costo de vida en el área de D.C. Al no tener los trabajadores aumentos salariales que estén acordes al incremento inflacionario, Anthony dijo que los trabajadores, al permanecer en la universidad, escogen una reducción salarial.
Según Anthony, el sindicato escogió este alto momento de visibilidad para actuar y construir coaliciones con estudiantes y nuevos miembros de la Universidad. Él dijo que pensaba que era solo cuestión de que los estudiantes oyeran lo que está pasando para que estén “totalmente adentro”.
“Ellos quieren lo mejor para nosotros. Nosotros queremos lo mejor para ellos”, Anthony dijo. “Francamente, el apoyo estudiantil ha sido de los más inspiracional, entre el decepcionante ciclo de contratación con la administración. El apoyo estudiantil es increíble”.
El costo del transporte es otro rubro costoso para el Staff Union. En Enero, según miembros del sindicato, todos los empleados de AU fueron ordenados a volver a la oficina como mínimo tres veces a la semana.
Algunos miembros del sindicato como Jessica Meagher, consejera para estudios en el exterior de la SIS, tienen reuniones frecuentes con estudiantes que no están físicamente en el campus — o ni siquiera están en el país. Sin embargo, Meagher contó que ella es requerida de venir a la oficina tres veces por semana.
“Actualmente, yo me desplazo 100 millas para llegar y devolverme”, confesó Meagher a sus compañeros en el atrio de SIS. “Me cuesta 20 dólares cada día venir acá a American University. Venir tres días a la semana es un desafío grande”.
Meagher contó que ella está en llamadas con estudiantes al otro lado del mundo hasta las 8 o 9 p.m. El Staff Union y ella hacen un llamado para “modalidades razonables que reflejen la realidad de nuestros trabajos”.
Ella dijo “Queremos reunirnos con nuestros estudiantes donde ellos estén”.
Para Meagher, un desplazamiento de dos horas significa una diferencia entre recoger a su hijo de la guardería a 10 minutos de distancia de su casa, o no verlo hasta que él ya esté dormido.
En el correo del 14 de agosto, Alger resaltó el diálogo constructivo y progreso en “más de 25 sesiones de negociaciones”. También, él enfatizó las dificultades financieras que actualmente enfrentan AU y otras universidades en el país.
“Este gobierno no nos va a salvar. Esta economía no está diseñada para salvarnos, pero los trabajadores nos podemos salvar entre nosotros”, dijo Anthony. “Soy orgulloso de pertenecer al sindicato de AU, y estoy esperanzado. Que ese sea mi mensaje”.
This article was translated by Marina Caraballo and Jeronimo Freydell-Cristancho. This article was edited by Payton Anderson, Cara Halford and Walker Whalen. Copy editing done by Sabine Kanter-Huchting, Emma Brown, Ariana Kavoossi and Diana Melgar.



