From the Newsstands: This story appeared in The Eagle's April 2022 print edition. You can find the digital version here.
El español es un idioma que utiliza el género constantemente. Esto causa dificultades en ciertos entornos, como en las clases de español en American University, donde tanto estudiantes como profesores deben navegar la necesidad de respetar el género de cada persona en un idioma sin pronombres neutros.
“Es muy difícil, porque no quiero asignarle un género incorrecto a mis amigos o a mí misme,” dice Mei Matute, une estudiante de la generación 2025 en la escuela de comunicación que tiene raíces ecuatorianas. “Parece que estamos utilizando un género incorrecto a propósito, porque ya existe un pronombre para la neutralidad de género.”
Los estudiantes entrevistados expresaron su preferencia por el pronombre “elle,” cuyo uso ha aumentado recientemente. El uso de la letra “e” en lugar de “o” o “a” en palabras en español es una manera en que la gente que no se identifica como hombre ni como mujer puede referirse a sí mismo. Por ejemplo, “latine” puede sustituir a “latino/a.” Existe un consenso entre los estudiantes no binarios en que “latine” es preferible a “latinx,” un término más común en Estados Unidos, porque suena y funciona mejor en español. Sin embargo, Matute explicó que resulta algo extraño usar “elle” cuando está hablando en español, ya que este pronombre no es ampliamente conocido o utilizado aún. Sin embargo, Matute también aceptó que el uso de palabras como “latine” no es decisión suya.
Juliana Martínez, profesora de raíces colombianas que da clases como “Género y Sexualidad en América Latina” en la escuela de artes y ciencias, compartió las estrategias que utiliza para respetar los pronombres neutros en su aula. Explicó que al principio del semestre, les envía a sus estudiantes una encuesta en la que les pide que incluyan sus pronombres.
“Mis estudiantes comprenden desde el principio que esta clase es muy inclusiva,” dice Martínez, que también trata de usar palabras sin género, como “bienvenides,” al hablar con sus estudiantes. Martínez cree que el uso de ‘e’ ocurre de manera natural en latinoamérica, y es la opción que mas se acerca a un pronombre sin género en español.
“Es como un ‘grammatical loophole','' explicó Martínez, añadiendo que “la cosa más básica que tenemos que expresar es a nosotros mismos. Si alguien le dice a uno que la manera en que se expresa es gramaticalmente incorrecta, no está hablando sobre la gramática. Está diciendo que su manera de ser es incorrecta. Y ese es el problema.”
Julia Isaac, profesora de traducción de español en la escuela de artes y ciencias, por otro lado, opina que no es tan sencillo como simplemente utilizar sustitutos a la “a” y la “o” como “x,” “@,” o “e” y genera confusión. Isaac dijo que estas nuevas terminaciones están impuestas desde fuera, y que el cambio de la lengua debe tener lugar naturalmente.
“Espero que mis estudiantes me informen individualmente si están incómodos con la manera en que me dirijo a ellos,” dijo Isaac.
Nael French, une estudiante de la clase de 2023 en la escuela de comunicación, que está liste para su viaje a España este semestre, explica como fue su experiencia en las clases de español de American University.
"Trato de situarme en una posición respetuosa,” dice French. “En la clase, la gente se refiere a mí como a una mujer. Simplemente lo acepto, pero en realidad me refiero a mí mismo con el pronombre ‘elle.’”
French dice que se sentiría más cómode si los nuevos pronombres estuvieran más normalizados, lo que crearía un espacio para elle en el mundo hispanohablante.
Tobi Bluestein, que está en su primer año en la escuela de asuntos públicos, está en una clase de español avanzada. Explica que la situación en la clase “a veces es difícil,” pero también descubrió que puede usar “e” en algunas palabras para hablar de sí misme.
Bluestein aún piensa que “todos deben sentirse más cómodos y acostumbrarse al uso de los pronombres no binarios,” y que “probablemente deban ser enseñados en clases de español.”
“El cambio ha de ser en la sociedad, no en la lengua,” dice Mei. “Tenemos que hacer el esfuerzo para cambiar.”
Nota del editor: Este artículo ha sido corregido para incluir la versión correcta del titular